sábado, 20 de agosto de 2011

El problema no es quererte, es que tu no sientas lo mismo.

No me acuerdo bien cómo pasó todo, pero que pasó, pasó. Ahora, TENÉS ESA MALDITA COSTUMBRE DE VOLVER CUANDO YA LOGRÉ SACARTE DE MI CABEZA. Cómo haces? Te juro que intento no pensar en tu sonrisa, en todo lo que pasamos, en vos, pero me cuesta. Y encima que no me resulta fácil, cuando logro estar un tiempo sin recordarte, apareces. Te odio, pero me podés más que nadie. Sos mi punto débil. Te veo y no existe nada más. Movés mi suelo, mi vida, mi mundo. Pero, por qué no puedo ser eso para vos? Odio que no sientas lo mismo que yo, odio que vengas, me enamores y después te vayas sin decirme nada.
Todavía no sé qué soy para vos, todavía no sé si sos cruz o virtud, pero si de algo estoy segura es que cada vez que estoy con vos, puedo tener una sonrisa una semana entera
...

NAMASTÉ!

No hay comentarios:

Publicar un comentario